Reflexiones sobre la gratuidad
Grisel Alcántara
De la gratuidad a la comprensión de que ningún bien o servicio es totalmente gratuito.
¿Cómo vamos a regresar a nuestros espacios culturales independientes, todos aquellos que no tenemos un presupuesto asignado ni público ni privado y tengamos nuevamente que cobrar por la programación que ofertamos, ya sea cine, teatro, talleres, libros y otros más?
Quiero creer que aún estamos lejos de que la vida digital nos emocione más que nuestra vida presencial. Voy a pensar que a estas alturas ya nos dimos cuenta que sigue siendo más enriquecedor ver una película con otros seres humanos, hacer ese ritual de #detener nuestra rutina para adentrarnos a una nueva historia, aveces documental, aveces ficción, cine mexicano por explorar, cine internacional. Un espacio de cine rodeado de arboles y un cielo despejado lleno de luz, con la luna siempre acompañándonos. Estoy hablando de mi cine en Playa del Carmen, al sur de México. Pero estoy pensando también en mis clases de Yoga, meditación, retiros de silencio, visitas escolares y talleres. Aunque hay opciones de todo esto en línea, en vivo o grabados; pero personalmente me siento atraída por la socialización presencial, observo en mi durante estos días con más tiempo para diseñar algún taller en línea que no me siento emocionada de pensar que esta sería la dinámica del día a día, seguro le agarraría el gusto y la emoción - pero hoy todavía no se siente en mí. Por un lado sería igual o más agotador de lo que ya era generar un público, abrirse espacio en un universo de opciones, algunas de acceso "gratuito" y otros de paga. Sobre esto último es de lo que en realidad quiero compartir.
¿La vida digital aún esta lejos de emocionarnos más que la vida presencial?
¿En la vida digital todos nuestros interés son de acceso gratuito?
¿Estamos dispuestos a pagar o sólo buscamos contenidos de acceso libre?
¿Cómo se entiende la gratuidad en la vida digital y que implica para los que han realizado el trabajo?
¿Quién les paga?
Hablamos de la vida digital para un reducido número de personas en México, tengo claro que este acceso digital esta muy lejos de ser un básico para todos.
Antes de seguir, quiero mencionar que me parece excelente que desde las instituciones públicas culturales tengamos acceso a contenidos a través de internet: conciertos, danza, teatro, opera y cine. Pero hay que mencionar que estos contenidos por los que aparentemente no estamos pagando se están financiando a través del presupuesto para la cultura; presupuesto que proviene de los impuestos de nosotros los contribuyentes en México. Para mi como promotora cultural es importante tomar de ejemplo este desborde que en menos de dos semanas ha sucedido en las redes sociales y plataformas de contenidos para que nos reeduquemos juntos en un concepto que nos genera suficiente confusión y que este desborde de contenidos “liberados” puede un poco más adelante volverse una pesadilla para la gestión cultural de proyectos independientes.
¿Qué implica liberar una película mexicana que aún no ha tenido su estreno en salas alternativas de cine, que previamente había sido considerada para una muestra y por la que dicha sala tendría que pagar derechos de exhibición?, ¿estamos pensando en esto o no lo estamos considerando necesario o ni cuenta nos hemos dado? Estoy a favor del libre acceso, pero estoy pensando que en la forma que esta sucediendo es posible que en pocos meses nuestra buena voluntad se transforme en nuestra propia barrera para volver a conectar con nuestra comunidad. Hay tanto cine mexicano de calidad y una gran parte de los mexicanos que están en esta red social no tienen idea de que existe, ¿Podría ser acaso este tiempo un momento al que le estamos dando la lectura equivocada desaprovechando el gran impulso que podríamos darle al talento artístico que hay en México?
Netflix no esta regalando tarjetas para acceder a los contenidos, Cinépolis no esta dando cupones para regresar gratis al cine. Incluso los colegas de Cine Tónala diseñaron Tónala -TV con contenidos para renta y otros de acceso libre, ¿cómo vamos a regresar a nuestros espacios culturales independientes, todos aquellos que no tienen un presupuesto asignado ni público ni privado y tengamos nuevamente que cobrar por la programación que ofertamos, ya sea cine, teatro, talleres, libros y otros más?
En México ya traemos una comprensión nociva de la gratuidad y me temo que se esta reforzando, viene bien recordar el concepto de:
Gratuidad:
Gratuidad es un término que procede del francés gratuité, a su vez derivado de un vocablo del latín medieval. La gratuidad alude a la condición de gratuito (de gracia o que carece de fundamento).
La gratuidad, por lo tanto, supone que el servicio o el bien no tiene precio, y por lo tanto el beneficiario no paga por él (no entrega dinero a cambio). De todos modos, es importante destacar que no existe ningún servicio ni ningún bien que sean gratuitos socialmente.
Todos los servicios y los productos tienen un costo de producción y acarrean una externalidad (los costos y los beneficios de su producción y/o de su consumo que no se plasman en el precio). Para que el beneficiario no pague por aquello que se le otorga en gratuidad, alguien tiene que asumir previamente los costos.
La gratuidad desde el Estado implica que otros asuman los costos (pagando los derechos, financiando operaciones técnicas, etc.) y que los ciudadanos, a su vez, financian al Estado a través del pago de impuestos. Por eso es necesario comprender que no existe tal gratuidad. A menos que se trate de un bien libre y sin dueño como el sol o el viento.
Los promotores e instituciones tenemos también la responsabilidad de nombrar quien esta financiando cuando algo se esta ofreciendo de manera "gratuita". Y este es un buen ejemplo para darnos cuenta que el acceso libre para nosotros, no es gratuito tal y como lo entendemos al ser consumidores.
¿Sabes que es Filmin latino?, es una plataforma gestionada por el IMCINE y financiada con las contribuciones de los mexicanos a través de nuestro pago de impuestos. El acceso a la plataforma sea realiza a través del pago de una membresía, pero también cuenta con contenidos gratuitos o de libre acceso.
Y si te animas a explorar y quieres descubrir otro cine mexicano aquí te dejo dos recomendaciones:
Sunú y Silvestre Pantaleón
Si quieres hacer yoga desde casa también te recomiendo conocer a través de su perfil de Facebook a Nayeli Agatón. Es diseñadora, guía sesiones de Yoga (8 clases x $550 y tendrás acceso a ellas de forma ilimitada) tiene también un proyecto de diseño textil que me gusta mucho, puedes explorar a través de enredosmexico/objetos con hilo también en Facebook e Instagram.
Gracias por leer.
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Antes que pensar en la vida digital o no, la prioridad tendría que ser ocuparnos en nuestro autoconocimiento y nuestra capacidad de saber estar con nosotros mismos en lugar de necesitar un torbellino de contenidos ahora digitales. Cuida de ti.
La vida presencial aún me gusta mucho más.
Por ahora vamos a quedarnos en casa.
Grisel Alcántara
Promotora de cultura y de salud.
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