Ver otros mundos, para apreciar el nuestro...
Grisel Alcántara
Un reciente viaje a Chiapas me dio la posibilidad de mirar otro mundo; uno más natural que me invita a conocerme más.
Viajar es una de las cosas que más disfruto, hoy con mayor consciencia, atenta, con todos mis sentidos abiertos al aprendizaje. Las nuevas formas de educación y sus posibilidades me apasionan, generar un aprendizaje colectivo, a partir de las vivencias, son parte de las cosas que me deja este viaje.
Una de las aventuras más extraordinarias de mi vida fue el 31 de diciembre 2014; la visita a la comunidad Zapatista de Oventik a 60 Km de San Cristóbal de las Casas. Este día se celebró el Festival de resistencia contra el capitalismo, ser parte y estar cerca de ese mundo en resistencia desde hace 20 años en México fue un verdadero regalo. Había muchos turistas y curiosos interesados en acudir, en la espera de transporte, un chico nos ofreció llevarnos a la comunidad, sin pensarlo nos subimos a la parte trasera de una camioneta de trabajo con caja de madera, diez personas ya estaban adentro; nuestro primer regalo lo recibimos en cuanto comenzamos a avanzar y vimos la vista espectacular que tendríamos durante el viaje, la vista de los cerros, pueblos, colonias, personas haciendo su vida cotidiana y diciéndonos adiós, mujeres tejiendo y bordando afuera de sus casas, iglesias en la punta de la montaña; realmente todos nos sentimos muy afortunados de poder estar viviendo esa experiencia, con gente que nunca antes había visto - parecía un viaje entre amigos donde se unía un pensamiento: La belleza y sencillez de la naturaleza es inspirador y limpia la mirada.
Una vez dentro de la comunidad, me sentí intimidada por sus miradas, te observan queriendo ver tu corazón para decidir cuanto van a confiar en ti, hay que entender y no perder de vista que ahí todos los habitantes están luchando sin armas, para crear otro mundo; uno donde quepan muchos mundos con vida digna para todos. Seguí caminando y observando, tratando de entender como funciona y se vive en una comunidad, lo cual es complicado con el exceso de personas que estamos ahí. Se que tendré que regresar en un día común y descubrir si hay posibilidad de hablar más de dos palabras - tener una conversación con ellos y aprender de su proceso y experiencia para resistir y luchar por una dignidad común.
Ya entrada la noche y con mucha hambre, nos sentamos a comer unas chalupitas (tostadas con frijoles, zanahoria. Betabel, col, queso y salsa), una orden de 3 por $5.00 este es el tercer regalo de fin de año; me costo trabajo al principio entender cómo podía costar tan poco (claro en mi mente occidental y capitalista), platicando con mi compañero de viaje reflexionamos acerca de que en la autonomía no se trata de enriquecerse, se busca vivir en igualdad y justicia. Nuestra cena de fin de año en comunidad zapatista tuvo un costo total para dos personas de $60.00.
Esta experiencia sigue hoy generándome preguntas que me tienen inspirada y convencida de que otras formas de vivir existen ya y que cada uno es capaz de resistir en su propia montaña, defender nuestra dignidad y recuperar nuestra soberanía como seres humanos; ampliar nuestra visión, conectar con nuestras necesidad realmente esenciales y las prioridades de este momento.
La lucha del EZLN es también en beneficio de nosotros; esta es una invitación a buscar información a cerca de como y porque surge esta resistencia; es muy probable que cuando sucedió no teníamos criterio ni éramos conscientes de lo significativo de este movimiento; creímos todo lo que escuchamos y vimos en los medios tradicionales de comunicación.
Para cerrar aquí comparto este texto que nos impulsa a la reflexión sobre la necesidad de organizarnos como ciudadanos:
Grisel Alcántara Millán
Gestión de proyectos sobre bienestar y cultura
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