Diana:
Hola Grisel.
He visto la conferencia y el documental. No sabes lo mucho que me identifico y me ha ayudado mucho, mucho. Movió muchas cosas. Hoy llamé a la doctora y tuvo espacio para recibirme mañana. Ella es mi ginecóloga desde hace muchos años. Es una mujer brillante y la vida la condujo por medio de sus propios malestares a estudiar bioquímica. Desde el año pasado que la visité me sorprendió con un nuevo tratamiento de ozonoterapia y medicina ortomolecular. Ver el documental me remitió totalmente a ella. Es una doctora que sabe que no es suficiente la medicina tradicional y se metió de lleno para aplicarlo a su especialidad. Cambió mi alimentación, me hizo regresar a lo natural, hace un año no como lácteos, carnes rojas, harinas y azúcar. Hace justo 1 año después de diagnosticarme fatiga aderenal empecé a entender que mis emociones acumuladas dañaron mi cuerpo.
El cambio fue maravilloso. Jamás me sentí tan viva, pero entonces, me piden el departamento donde vivíamos y de ahí se deja venir una avalancha de situaciones con las 2 mudanzas, mi ruptura definitiva con mi familia y con la persona que era mi pareja. Y me vi envuelta OTRA VEZ, en esta angustia, estrés que ahora mina otra vez mi salud.
¿Sabes? Entiendo perfecto. Y lo que me compartiste me ayudó a confirmar y abrió aún más mi mente. Es decir, entiendo lo que me sucede, lo que me duele. Pero, ¿cómo hacer? No sé si pueda explicarme, racionalmente lo entiendo pero en la práctica me pierdo. Ha ayudado definitivamente los cambios alimenticios que he hecho, pero no es suficiente, mientras mis pensamientos y emociones negativas dominen. Los acontecimientos no se detendrán, las dificultades tampoco, eso lo sé. El mundo jamás ha sido ni será rosa. Siento que me falta la estrategia (si lo puedo llamar de esa manera) para evitar que esos "huecos en la panza" que esos desencuentros con la vida me afecten a tal grado de enfermar.
¿Cómo evito que se acumulen? ¿Cómo hago para no reprimir o tragármelos y luego desecharlos para seguir adelante? La primera vez que nos conocimos recién me recuperaba y me sentí tan bien con la meditación que continué en casa. La siguiente vez, ya no era la misma, ya no estaba tan bien. Me ayuda tanto, pero ese bienestar se diluye cuando vuelvo a mi realidad.
Mañana me aplicarán mi terapia de ozono y ayudará a mi organismo a desintoxicarse y lo ayudaré con mi alimentación pero no será suficiente. Hoy como nunca estoy convencida de que estoy en el camino correcto. Deseo hacer de la meditación parte de mi vida. Sé que debo trabajar y hacer conscientes muchas cosas. Me anima saber que físicamente estaré bien, pero también deseo apapachar mi mente y mi corazón. El próximo mes cumplo un año más sobre esta tierra y eso me motiva aún más.
La vida no deja de sorprenderme.
Pone en mi camino a las personas adecuadas, y agradezco que seas una de ellas.
¿Hay aún lugar para mi el domingo?*
(el domingo teníamos meditación a través de Internet y previamente Diana había rechazado la invitación por cuestiones de salud).
Grisel:
Que maravilla que hayas encontrado algo en estas recomendaciones audiovisuales, son parte de mi medicina. Ojalá tuviéramos más encuentros sin prisa y pudiéramos escuchar a los demás, nos daríamos cuenta que somos más comunes en estas preocupaciones que nos acompañan.
Te cuento esto que fue poderoso para mi: Entre una vez a un espacio donde enseñan a narrar con otras perspectiva aquellas cosas que nos hacen sufrir, la persona que estaba guiando nos dijo: escucha como te narras, como te piensas a ti misma. Eso mínimo hizo en mí un cambio muy significativo en como me pensaba yo (una niña que perdió a su mamá, que tenía una enfermedad mental y que... siempre como una narración de tristeza por mi misma). La meditación es la única herramienta que yo he encontrado que te hace sentir, ver y te lleva a una transformación de todo lo que conocemos hasta ahora. Pero es un proceso único para cada humano. Los entornos, las condiciones sociales y económicas juegan un papel enorme hasta que abandonamos nuestras creencias sociales, hábitos y un largo etc.
Te leo y siento como el estrés se va colocando en ese cuerpo. Haz tenido varios eventos que aportan cierto trauma a todo el organismo, y es probable que no has tenido la oportunidad de vivir el duelo de esos procesos, porque las mismas condiciones sociales te han orillado a no poder parar, tener que seguir, solucionar para "vivir-sobrevivir". Tú sistema nervioso viene haciendo realmente un gran esfuerzo, eso lo uniría con la forma en que te narras, juégale una trampa a la mente, a esas palabras que se creen parte de ti: me invade la angustia, me preocupan los demás y no poder hacer más. Enfoca tú atención en ti, luego podrás ser de mayor ayuda; la recuperación es paso a paso y no es permanente, también hace falta contar con una pequeña tribu, aquellas personas que sepan que estamos en un proceso de recuperación y de donde poder sostenernos en los momentos críticos. La familia social.
Ir regulando el sistema nervioso: Tú terapia, tú alimentación, relajación (un baño con flores de manzanilla y a la cama, romero revitalizador. No hace falta una tina, en cubetas, con una bandeja, acariciar ese cuerpo, hablarle, una mascarilla, cosas sencillas hechas por uno mismo). Ya hacemos mucho, es el sistema de operar de la mente la que se quiere aferrar a ese sistema de huida, miedo y se genera esa ola de estrés nocivo. No estas sola en el camino, te tienes a ti
¿Haz escuchado sobre el síndrome de la resignación?, el cuerpo es tan sabio que es capaz de retirarse hasta que existan mejores condiciones.
Encuéntralo en Netflix: La vida me supera.